A P U N T E S DE C L A S E S N°1


Curso: Observación de la Arquitectura y la Ciudad
Profesor: Francisca Correa Silva
Primer semestre 2012

1.- Introducción:
Se define ARQUITECTURA como el arte de proyectar y construir edificios para el uso del Hombre. A su vez se le considera ARTE desde el momento en que conlleva una búsqueda estética.
Ver y entender la arquitectura requiere de parte de los estudiantes de un aprendizaje intenso ya que no es suficiente la simple predisposición.
Solemos creer que debido a que nos rodea permanentemente y vivimos en ella y la estamos percibiendo todo el tiempo no requerimos de ningún tipo de preparación para su comprensión.
La Arquitectura se aprende a ver y sentir al encontrar mensajes sutiles y muchas veces delicados que quiere transmitir su autor, juegos formales que nos traen al presente referentes de otras arquitecturas desarrolladas a lo largo de la historia, al entender la explicación que hace la arquitectura de ella misma, de su disposición para ser usada de una determinada manera, de la forma de resolver sus soluciones técnicas.
El campo de la arquitectura es inagotable, constantemente están apareciendo nuevas formas de mostrarse, de explicarse, de apelar a nuestra sensibilidad. Por estas razones, para acceder al entendimiento de la arquitectura se requiere de una formación en base a la experiencia y el estudio.
El ejercicio fundamental para el conocimiento de la arquitectura es la experiencia personal, la arquitectura hay que verla y recorrer: mirar, recordar, escrutar, ordenar, descubrir y preguntarse.
Si bien es cierto que hay que ver y entender, no es menos cierto que también es necesario hacerlo a través de representaciones de todo tipo: planos, dibujos, fotografías, maquetas, etc.
La arquitectura se comunica a través de lenguajes que tienen que ver con la técnica constructiva, con el juego interior de ciertos repertorios, con la regularidad y la excepción, con el contraste y la armonía, con la dimensión y la proporción, con lo particular y lo genérico. Todos estos valores son fruto de la genialidad del arquitecto quien muchas veces se remite a reglas ya establecidas y otras veces es capaz de proponer nuevas maneras de hacer.
El ir conociendo la historia, los referentes funcionales y técnicos nos permite avanzar en la comprensión de sus significados y de los mensajes que el arquitecto quiere transmitir.
La arquitectura al ser un hecho técnico y práctico, tiene que ver con la utilidad de ciertas funciones y con los requerimientos técnicos que garanticen su estabilidad, durabilidad en el tiempo y seguridad.
El ser un hecho técnico y práctico es ineludible a toda obra arquitectónica, pero ni la utilidad ni su condición técnica se muestra de manera inmediata, sólo es posible su conocimiento a través de su representación. No es necesario conocer en detalle un programa funcional de un edificio para entenderlo, no es necesario tener un gran conocimiento de la técnica y las estructuras para entender su lógica constructiva y su expresión formal.
Para entender la arquitectura es necesario entender su historia, sus referentes concretos, la búsqueda de lo anterior que legitime el presente.
La historia de la arquitectura ordena y organiza la sucesión de experiencias concretas a determinados problemas los cuales llevaron a recomponer miradas, lenguajes y conceptos. No existe hecho sin historia ni particularidad sin ideas ni razones.
Para entender, relacionar, analizar y discernir no se puede prescindir de las nociones generales de conceptos que precisa nuestro saber.

PRIMERA UNIDAD: EL SENTIDO DE LA ARQUITECTURA
ARQUITECTURA: arte de proyectar y construir edificios para el uso del hombre.
VITRUVIO en el siglo I señalaba como características de la arquitectura
La firmitas: seguridad a nivel técnico y constructivo
La utilitas: función a que se destina el objeto construido
Las venustas: belleza que posee la obra construida.
De aquí podemos desprender que la arquitectura presenta ciertas particularidades que la diferencian de otras obras de arte:
1.- preponderancia de los aspectos materiales y técnicos: la técnica constructiva se preocupa de la correcta utilización de los materiales en función de sus cualidades y de su naturaleza de manera de asegurarse que cumplan satisfactoriamente con las condiciones de solidez, aptitud y belleza.
2.- aspecto funcional: característica diferenciadora en relación a otras experiencias artísticas. El que una obra de arquitectura deba servir para lo que ha sido creada parece una afirmación lógica, sin embargo el lenguaje de la arquitectura es más complejo ya que habla de la abstracción en la obra, algo que debe ser necesariamente interpretado.
3.- el elemento que verdaderamente caracteriza al fenómeno arquitectónico y lo diferencia de las demás artes es el ESPACIO, espacio interior definido por unos límites físicos que determinan un volumen, al tiempo que posibilita la función arquitectónica y el recorrido interior del edificio. De la posibilidad de recorrido interior se desprende otro factor: el sentido temporal, el del tiempo invertido en la realización del recorrido.
4.- su localización: los edificios no pueden ser trasladados y nuestro conocimiento real se reduce al de aquellos edificios en los que transcurre nuestra cotidianeidad y a los conocidos a través de visitas ó viajes.

EL ESPACIO ARQUITECTONICO: es el elemento que caracteriza y diferencia la arquitectura en relación a las demás artes visuales. La sintetiza y caracteriza.
La arquitectura, al margen de consideraciones estéticas ó de significado, es ante todo el AMBIENTE donde desarrollamos nuestras actividades, es la primera función de un edificio: servir para lo que ha sido creado, para lo cual depende de la existencia de un espacio interior que le posibilite el desarrollo de esa función.
Para que el espacio pueda ser percibido, necesita de límites físicos que lo definan y enmarquen y de elementos formales y constructivos que mediante el desarrollo técnico expresen la forma arquitectónica.

ESPACIO = vacio construido
El espacio interior conlleva dos hechos:
1.- su repercusión en el espacio exterior, lugar o contexto que se ve afectado al creársele el edificio
2.- la posibilidad de un recorrido dentro del edificio que implica y establece una dimensión temporal.
El volumen es la expresión exterior del espacio interior creado y no siempre se adecua a su verdadera forma ó dimensión: un volumen sincero es el que refleja fielmente al espacio interior que contiene.
A través de los espacios interiores de los edificios pueden transmitirse distintos tipos de mensajes simbólicos, poder político, etc.
El recorrido proporciona un conocimiento del espacio desde múltiples puntos de vista determinados por el movimiento, el recorrido implica una dimensión temporal: la del tiempo empleado en su recorrido.
El espacio caracteriza la arquitectura, en él se sintetizan todos aquellos factores como los materiales, formales y compositivos que lo definen y dan identidad.
La concepción teórica del espacio no es única, los teóricos no han entendido siempre lo mismo a través del tiempo, y si bien el espacio era un concepto conocido y estudiado desde la antigüedad, su incorporación al campo de la teoría de la arquitectura no se ha producido hasta fines del siglo XIX coincidiendo con la aparición de la Arquitectura Moderna.
En relación a la percepción del espacio, ésta varía dependiendo de nuestra posición con respecto a él. En la pintura se experimenta sobre una realidad plástica bidimensional, en escultura sobre una tridimensional, en arquitectura se introduce un nuevo factor: el observador- uno mismo- nosotros. La posición que ocupemos frente a la obra de arquitectura ó en su interior es definitiva para la percepción que tendremos del fenómeno arquitectónico.
Si nos movemos y nos situamos en un punto determinado, la visión que tendremos es tridimensional como en la escultura ó un cuadro en perspectiva, en relieve.
Si nos movemos en torno al edificio, recorremos su interior, vamos a tener una nueva experiencia: la CUARTA DIMENSION – múltiples puntos de vista nos dan diversas imágenes de un mismo edificio.
Para Louis I. Kahn “la arquitectura es la construcción estudiada de espacios y la continua renovación de la arquitectura proviene de la evolución de los conceptos espaciales”.
Así como no existe una concepción única del espacio, tampoco existe una valoración unitaria del mismo lo que ha derivado en arquitecturas de diversas características:
1.- Imperios antiguos hasta el Mundo Griego, predominio de volúmenes externos, el espacio es concebido como aquello que queda entre esos volúmenes ó cuerpos tridimensionales: Zigurat en Mesopotamia, Pirámides en Egipto, Partenón en Grecia
2.- la Arquitectura conquista el espacio interior: corresponde  al período desde el Imperio Romano hasta mediados del siglo XIX, no mantiene contacto con el exterior ó contexto.
3.- El espacio interior entra en contacto con el exterior produciéndose una interrelación de espacios, una interfaz: Frank Lloyd Wright, Mies van der Rhoe, Le Corbusier.

TIPOS DE ARQUITECTURA:

Evidentemente no todas las arquitecturas son iguales, básicamente porque no todas pretenden responder a unos mismos objetivos.
A menudo se distingue entre arquitectura histórica o estilística, arquitectura popular o tradicional y arquitectura funcional.

Para los historiadores del arte, la arquitectura se reduce
a aquellas obras que toman en consideración el espacio y
los lenguajes artísticos, limitándose a estudiar una selección de arquitecturas-claves, especialmente  significativas dentro del desarrollo de la historia del arte. Estas obras se podrán encontrar indistintamente en el hábitat rural y en el urbano.

Definirla arquitectura popular plantea dificultades. Po -
demos establecer una distinción entre la arquitectura vernácula, que llamaremos popular y, la arquitectura primitiva. Las diferencias básicas entre ambas se derivan, por una parte, del diferente grado de complejidad técnica y, por otra, de la existencia o no de alusiones a la arquitectura histórica o estilística La arquitectura primitiva tiende hacia la definición territorial con indicaciones jerárquicas y rituales (la cabaña del jefe, del brujo, el recinto sagrado...),mientras que la arquitectura popular busca, ante todo ,la solución óptima de la función.

Como características de la arquitectura popular señalemos el protagonismo de los materiales y las técnicas constructivas de la zona, la participación directa del usuario en el proyecto y en la realización, el empleo de un repertorio formal de gran sencillez, con algunas referencias puntuales a los lenguajes cultos y especialmente, la perfecta adecuación a las necesidades funcionales.
 En la arquitectura popular estas soluciones se dan sin pretensión de "estilo, ni de artisticidad", pero no por ello sus realizaciones carecen de sensibilidad ni quedan completamente al margen de la estética. La arquitectura popular, al igual que la llamada estilística, puede darse en el hábitat rural o en el urbano.

Existe una arquitectura que no puede ser considerada estilística ni popular. Es aquella arquitectura cuyo único
objetivo es la utilidad, sin ningún tipo de vinculación con el lenguaje de la arquitectura histórica y sin pretensión de artisticidad: es la arquitectura meramente funcional que llenan nuestras ciudades.

Las diferencias establecidas entre los tipos de arquitectura vistos hasta ahora no han existido desde siempre, si no que cada época histórica ha tenido sus propias concepciones de la arquitectura, de lo que debía considerarse como tal y de dónde debía situarse el limite o franja divisoria entre la verdadera arquitectura y la edilicia o mera construcción.

Para los grandes imperios del Oriente Próximo, Egipto y
Mesopotamia, la “arquitectura” era la gran arquitectura
Monumental de los templos y los palacios. Se trataba de
Una edilicia sacra y aúlica dedicada a la exaltación y glorificación de dioses y soberanos.

La concepción de la arquitectura experimenta una variación en Grecia, donde se llega a concebir al hombre como medida de todas las cosas. Existe una gran arquitectura,
Eminentemente religiosa o ceremonial, pero junto a ella aparecen grandes conjuntos arquitectónicos dedicados al
Hombre y a sus actividades. Los arquitectos griegos construyen teatros, palestras, odeones, mercados públicos...con la misma atención y cuidado con que se dedican a levantar “moradas de dioses”. No obstante, se considera que la arquitectura posee un rango inferior al de las demás artes, dado su carácter manual.
Durante el Imperio Romano y siguiendo a Vitruvio
(siglo I a.c.), la arquitectura es considerada como una disciplina teórico-práctica que se encarga "de la construcción de la hidráulica, de la construcción de cuadrantes solares, de la mecánica y de sus aplicaciones en la arquitectura civil y en la ingeniería militar. La "arquitectura" se dedica en Roma a construir edificios religiosos, civiles públicos y palacios.



DESDE LA PREHISTORIA AL MUNDO GRIEGO:
Durante la prehistoria surgen los primeros monumentos y el hombre comienza a dominar la técnica de trabajar la piedra.
El surgimiento de la arquitectura está asociado a la idea de abrigo. El abrigo, como construcción predominante en las sociedades primitivas, será el elemento principal de la organización espacial de diversos pueblos. Este tipo de construcción puede ser observado aún en sociedades no integradas totalmente a la civilización occidental, tal como los pueblos amerindios, africanos y aborígenes, entre otros.
La presencia del concepto de abrigo en el inconsciente colectivo de estos pueblos es tan fuerte que marcará la cultura de diversas sociedades posteriores: varios teóricos de la arquitectura en momentos diversos de la historia (Vitruvio en la antigüedad, Leon Battista Alberti en el Renacimiento, y Joseph Rykwert más recientemente) evocaron el mito de la cabaña primitiva. Este mito, con variantes según la fuente, postula que el ser humano recibió de los dioses la sabiduría para la construcción de su abrigo, configurado como una construcción de madera compuesta por cuatro paredes y un tejado de dos aguas.

El cobijo natural fue la cueva, la que derivó en las construcciones de madera o cabañas de las cuales no quedaron restos y en construcciones subterráneas ó troglodíticas que podían servir de almacenaje, vivienda, funerarias ó religiosas como tumbas faraónicas, catacumbas cristianas que eran lugares de paso, galerías transitables con nichos excavados en las paredes, tenían sentido en cuanto permitían el desplazamiento pero no poseían un espacio valorado como tal con significación estética.
Hoy en día la arquitectura subterránea está siendo reconsiderada ya que las nuevas tecnologías permiten su renacimiento basado en la habitabilidad más que en la apariencia y no a partir del temor que el hombre primitivo sentía por el espacio exterior rotundo.
A medida que las comunidades humanas evolucionaban y aumentaban, presionadas por las amenazas bélicas constantes, la primera modalidad arquitectónica en desarrollarse fue esencialmente la militar. En ese periodo surgieron las primeras ciudades cuya configuración estaba limitada por la existencia de murallas y por la protección de amenazas exteriores.
La segunda tipología desarrollada fue la arquitectura religiosa. La humanidad se confrontaba con un mundo poblado de dioses vivos, genios y demonios: un mundo que aún no conocía ninguna objetividad científica. El modo en que los individuos lidiaban con la transformación de su ambiente inmediato estaba por entonces muy influenciado por las creencias religiosas. Muchos aspectos de la vida cotidiana estaban basados el respeto o en la adoración a lo divino y lo sobrenatural. El poder divino, por lo tanto, era equivalente (o aún superaba) el poder secular, haciendo que los principales edificios dentro de las ciudades fueran los palacios y los templos. Esta importancia de los edificios hacía que la figura del arquitecto estuviera asociada a los sacerdotes (como en el Antiguo Egipto) o a los propios gobernantes y que la ejecución fuera acompañada por diversos rituales que simbolizaban el contacto del hombre con lo divino.
Las ciudades marcaban una interrupción de la naturaleza salvaje, eran consideradas un espacio sagrado en medio del espacio natural. De la misma forma, los templos dentro de las ciudades marcaban la vida de los dioses en medio del ambiente humano.
Las necesidades de infraestructura de aquellas primeras ciudades también hicieron necesario el progreso técnico de las obras de ingeniería.
En Egipto, el espacio es considerado en la medida que permite desplazarse, moverse en el interior del edificio para dirigirse desde la entrada a un punto clave o central del edificio,  generalmente la estatua de un dios del difunto, pero sin una valoración estética de su espacialidad. Según Christian Norberg-Schulz, los egipcios concibieron su arquitectura como una simple articulación de volúmenes.


Mesopotamia y Oriente próximo: sus grandes aportes son el uso del ladrillo como material de construcción y ornamentación  y el sistema abovedado en base a arcos y bóvedas. En sus inicios se articulaban siguiendo una directriz quebrada, no se podía avanzaren su interior en línea recta, se estaba obligado a realizar giros ortogonales y quiebres, posteriormente van adoptando composiciones dispuestas en relación a un eje longitudinal. A nivel espacial las salas de columnas de los palacios persas representan un espacio vacío entre volúmenes pétreos. El espacio sólo será realmente valorado en las grandes salas cubiertas por bóvedas de ladrillo.
Arte Egeo: en los palacios de la isla de Creta se introducen factores nuevos en la arquitectura: edificaciones construidas por salas pórticos y patios adosados o superpuestos que se articulan siguiendo una directriz quebrada que se adapta a las irregularidades del terreno donde se asientan. Su abundancia de galerías de pilastras, escaleras y patios daba a los edificios cretenses un carácter abierto y alegre, a la vez estableció las primeras conexiones entre el espacio interior y el espacio exterior. Los espacios cretenses están habitados por hombres y a esa función se adaptan.
Micenas y Tirinto: se pierde la conexión espacial interior-exterior siendo sustituida por el planteamiento de una arquitectura sólida y cerrada con un fuerte carácter militar. Aparece el concepto de recinto y la búsqueda de una clara línea axial
La arquitectura y el urbanismo practicados por los griegos y romanos se distinguió claramente de la de los egipcios y babilonios en la medida en que la vida civil pasaba a tener más importancia. La ciudad se convierte en el elemento principal de la vida política y social de estos pueblos: los griegos se desarrollaron en ciudades estado y el Imperio romano surgió de una única ciudad. El arquitecto griego Hipódamo de Mileto es considerado el primer urbanista de la historia. El ejemplo más conocido de este tipo de arquitectura corresponde a Apolodoro de Damasco.
Durante los periodos y civilizaciones anteriores, los asuntos religiosos eran el motivo y del mantenimiento del orden establecido; en el periodo grecorromano el misterio religioso traspasó los límites del templo-palacio y se hizo asunto de los ciudadanos (o de la polis): surge ahí la palabra política, absolutamente relacionada a la idea de ciudad.
Mientras los pueblos anteriores desarrollaron sólo las arquitecturas militar, religiosa y residencial, los griegos y romanos fueron responsables del desarrollo de espacios propios a la manifestación ciudadana y de los quehaceres cotidianos: el ágora griega se definía como un gran espacio libre público destinado a la realización de asambleas, rodeado por templos, mercados y edificios públicos. El espacio del ágora se convirtió en un símbolo de la nueva visión de mundo, que incluía el respeto a los intereses comunes, e incentivador del debate entre ciudadanos, en lugar del antiguo orden despótico.
Los asuntos religiosos aún poseían un papel fundamental en la vida mundana, pero ahora fueron incorporados a los espacios públicos de la pólis. Los rituales populares eran realizados en espacios construidos para tal fin, en especial la acrópolis. Cada lugar poseía su propia naturaleza (Genius Locci), insertados en un mundo que convivía con el mito: los templos pasaron a ser construidos en la cima de las colinas (creando un marco visual en la ciudad baja y posibilitando un refugio a la población en tiempos de guerra) para estar más cerca de los cielos.

Podemos afirmar que la arquitectura griega representa el triunfo de la proporción, de la escala humana, sin embargo es carente de consideración del espacio interior. Los templos se elevan sobre una plataforma rectangular de la que arrancan los fustes de las columnas, sobre los capiteles descansan un entablamento que a los lados menores del templo se remata con un frontón rectangular que esconde una cubierta a dos aguas. El templo forma un bloque prismático en cuyo interior se guarda la estatua de la divinidad. El interior no se concebía como espacio de ceremonias sino como residencia de la estatua de un dios. Los templos griegos eran admirados desde fuera, por lo tanto las valoraciones espaciales deben buscarse en el exterior de los edificios, en las relaciones volumétricas de cada edificación con las que las circundan como en el caso de la Acrópolis, en los juegos de escala y proporción, la articulación de edificios a lo largo de un eje y la adaptación a la topografía del terreno forman parte fundamental de la historia del urbanismo.



PLATAFORMAS Y MESETAS. Jorn Utzon



19 enero, 2011 in 2007

Plataforma maya en Yucatán, Jorn Utzon, 1949.
La plataforma, utilizada como elemento arquitectónico, resulta algo fascinante. Me cautivó por primera vez en México, durante un viaje de estudios que realicé en 1949. Allí encontré una gran variedad de plataformas, diferentes tanto por su tamaño como por su concepción. Muchas de ellas se encuentran aisladas, rodeadas solamente por la naturaleza.
Todas las plataformas mexicanas fueron ubicadas y construidas por artistas que hicieron gala de una gran sensibilidad en su apreciación del entorno natural y de una gran profundidad en su concepción del diseño. Irradia de ellas una gran fuerza. Cuando uno las siente bajo los pies experimenta la misma sensación de firmeza que emana de un macizo rocoso.
Quiero dar algunos ejemplos de la brillante concepción que las respalda. En Yucatán, en Uxmal y en Chichen ltza se han seguido los mismos principios, basados en la existencia de entornos naturales similares. La región de Yucatán es una planicie cubierta por una selva inaccesible de altura uniforme y definida. En esta selva, los mayas vivían en villorrios rodeados de pequeñas parcelas de terreno despejadas de árboles para dedicarlas al cultivo y teniendo como fondo, y también como techo, la jungla calurosa y húmeda. No existían largas visuales ni era posible realizar movimientos hacia arriba o abajo.
Al introducir el uso de la plataforma con su nivel superior ubicado a la misma altura que las copas de los árboles, los mayas descubrieron sorpresivamente una nueva dimensión de la vida, consonante con su devoción a los dioses. Sobre estas altas plataformas –muchas de las cuales tienen una longitud de cien metros– construyeron sus templos. Desde allí tenían acceso al cielo, las nubes, la brisa y a esa gran planicie abierta en que, de pronto, se había convertido el anterior tedio selvático. Gracias a este artificio arquitectónico cambiaron totalmente el paisaje y dotaron a su experiencia visual de una grandeza sólo comparable a la grandeza de sus dioses.
Todavía hoy puede experimentarse esa misma maravillosa variación de sensaciones que se produce al pasar de la selva cerrada al vasto espacio abierto que se aprecia desde lo alto de la plataforma. Es un sentimiento similar al que vivimos en Escandinavia cuando después de semanas de interminable lluvia, nubes y oscuridad, aparece nuevamente el sol.También en la India y en Oriente, sin olvidar las acrópolis y el Medio Oriente, muchas plataformas maravillosas de diferentes tipos constituyen la base de composiciones arquitectónicas magníficamente concebidas.
Una de las más destacadas es la gran mezquita de Old-Delhi. Está rodeada por las construcciones del mercado y los bazares, ubicados a su vez dentro de un fárrago de tránsito de gente, animales, ruido y edificios. Elevada entre tres y cinco metros con respecto a todo ese mundo se extiende la enorme plataforma de roja piedra arenisca, rodeada por arcadas. En tres de los lados de la plataforma las arcadas están cerradas por paredes, de manera que sólo a través del cuarto lado se puede mirar hacia abajo y establecer contacto con el desorden y la vida de la ciudad. Dentro de esta playa o plataforma se experimenta una profunda sensación de lejanía y de paz. Con medios tan escasos se obtuvo un efecto que ningún arquitecto o cliente podría haber soñado de antemano.
Las viviendas y los templos chinos deben mucho de la sensación de firmeza y seguridad que transmiten al hecho de que se apoyan sobre una plataforma, elemento que suele tener las mismas dimensiones que el techo, o a veces mayores, de acuerdo con la importancia del edificio. El juego entre la cubierta y la plataforma produce un efecto mágico. El piso en las casas tradicionales japonesas, es una delicada plataforma tratada como si fuera un puente. Es algo así como la tapa de una mesa. Es un mueble.
En las casas japonesas nos atraen los pisos, así como en las casas europeas nos atraen las paredes. En una casa europea uno quiere sentarse junto a la pared, en el Japón desea sentarse sobre el piso, más que caminar sobre él. La vida, en los hogares japoneses, se expresa en los movimientos de recostarse o caminar casi a gatas.
Contrariamente a la sólida sensación de roca que brindan las plataformas mexicanas, aquí uno se siente como si estuviera parado sobre un pequeño puente de madera, dimensionado sólo para sostener nuestro peso y ni una brizna más. Un refinamiento que se agrega a la expresividad de las plataformas japonesas es el énfasis horizontal conferido al espacio por el movimiento de las puertas corredizas y los biombos, mientras que las líneas negras, que marcan los bordes de las esferas, acentúan la atractiva superficie del piso. Contra el fondo de esta arquitectura tranquila, lineal y de colores naturales, pero igualmente efectiva y encantadora. Las mujeres japonesas se mueven silenciosamente como exóticas mariposas, envueltas en sus kimonos de seda coloreados.
Otro ejemplo mexicano es Monte Albán, un lugar ingeniosamente elegido para adorar a los dioses. El ordenamiento, o la adaptación, realizado por el hombre en ese sitio ha dado como resultado un hecho más importante aún que la naturaleza misma, confiriéndolo al mismo tiempo un alto contenido espiritual.
Esa pequeña montaña –Monte Albán, casi una pirámide– domina tres valles cercanos a la ciudad de Oaxaca, en el sur de México. La montaña está truncada, y esa especie de meseta superior mide aproximadamente unos 500 por 300 metros. Mediante la construcción de escalinatas y edificios aterrazados sobre el borde de la plataforma, y manteniendo la parte central de ésta a un nivel inferior la cima de la montaña se convirtió en algo completamente independiente que flota en el aire, separado de la tierra. Desde arriba no se ve otra cosa que el cielo y las nubes que pasan: un nuevo planeta.
Algunos de mis proyectos de los años más recientes están basados sobre el empleo de este elemento: la plataforma. Además de su fuerza arquitectónica, la plataforma suministra un buen recurso para resolver los actuales problemas de tránsito. El simple hecho de que los automóviles puedan pasar por debajo de una superficie reservada al tránsito peatonal ofrece muchas posibilidades de utilización.
Gran parte de nuestras hermosas plazas europeas se deterioran a causa de los automóviles. Los edificios que antes conversaban entre sí a través de una plaza, ya sea que estuvieran ordenados en sistemas axiales o en composiciones equilibradas, ahora ya no pueden hacerlo porque el flujo del transito los separa. La velocidad y el comportamiento sorpresivamente ruidoso de los vehículos nos hacen huir de las plazas, lugares que antes utilizábamos para pasear tranquilamente.
En algunos de los esquemas que mostramos existen vanos niveles de tránsito planteados debajo de una plataforma (para movimiento peatonal cubierto, para el tránsito de vehículos y para estacionamiento). Los edificios están ubicados en la parte superior de la plataforma y se relacionan los unos con los otros dentro de una composición que no resulta perturbada por el tránsito.
En el proyecto para la Ópera de Sidney, la idea rectora fue hacer que la plataforma cortara el edificio como un cuchillo separando completamente las funciones primarias de las secundarias. En la parte superior de la plataforma, el espectador percibe la obra de arte terminada; en la parte inferior se la prepara.
Es muy importante mostrar la fuerza expresiva de la plataforma y no destruirla con las formas que se construyen sobre ella. Un techo plano no expresa la horizontalidad de la plataforma. Como se muestra en los croquis para la Ópera de Sidney y para la escuela secundaria de Elsinore, los techos de formas curvas quedan suspendidos por encima o por debajo de la terraza. El contraste de formas y el constante cambio de alturas entre los elementos dan como resultado espacios de gran fuerza arquitectónica. Obtenidos gracias a las posibilidades que brindan las modernas técnicas que han puesto en manos del arquitecto una hermosa herramienta.
El techo puede colgar, extenderse o saltar sobre el espectador en uno o varios brincos. El problema consiste en resolver el aislamiento contra el agua y el calor y los requerimientos estructurales de un elemento de gran masa, que en diversas combinaciones dé como resultado un techo de formas variadas.
Las variaciones formales que permite la plataforma como elemento arquitectónico son infinitas. Mostramos otro ejemplo en el proyecto de un pequeño centro comercial, en el cual las compras se realizan en el cráter central de su sección, en forma de volcán aplanado, mientras que la entrega de mercaderías a los locales se lleva a cabo desde abajo sin ninguna clase de impedimentos.
En los proyectos basados en el empleo de plataformas hay que vencer muchas dificultades técnicas. En el proyecto de la Ópera de Sidney una de estas dificultades, el problema del drenaje de agua –verdaderamente serio–, fue solucionado en forma simple, con la colaboración del ingeniero Ove Arup. Las losas plegadas del techo, de forma ahuesada, constituyen un sistema de drenaje ideal. Las lajas de granito de la plataforma, de 2 metros por 1 y 3 pulgadas de espesor cada una se colocaron con juntas abiertas rehundidas para permitir que corriera el agua entre ellas, y descansa a su vez horizontalmente sobre los bordes de las losas plegadas, de tal modo que la plataforma entera trabaja como un tamiz.
Croquis de la casa de Bayview, Jorn Utzon, 1963.