Curso: Observación de la Arquitectura y la Ciudad
Profesor: Francisca Correa Silva
Primer semestre 2012
1.- Introducción:
Se define ARQUITECTURA como el arte de proyectar y
construir edificios para el uso del Hombre. A su vez se le considera ARTE desde
el momento en que conlleva una búsqueda estética.
Ver y entender la arquitectura requiere de parte de
los estudiantes de un aprendizaje intenso ya que no es suficiente la simple
predisposición.
Solemos creer que debido a que nos rodea
permanentemente y vivimos en ella y la estamos percibiendo todo el tiempo no
requerimos de ningún tipo de preparación para su comprensión.
La Arquitectura se aprende a ver y sentir al encontrar
mensajes sutiles y muchas veces delicados que quiere transmitir su autor,
juegos formales que nos traen al presente referentes de otras arquitecturas
desarrolladas a lo largo de la historia, al entender la explicación que hace la
arquitectura de ella misma, de su disposición para ser usada de una determinada
manera, de la forma de resolver sus soluciones técnicas.
El campo de la arquitectura es inagotable,
constantemente están apareciendo nuevas formas de mostrarse, de explicarse, de
apelar a nuestra sensibilidad. Por estas razones, para acceder al entendimiento
de la arquitectura se requiere de una formación en base a la experiencia y el
estudio.
El ejercicio fundamental para el conocimiento de la
arquitectura es la experiencia personal, la arquitectura hay que verla y
recorrer: mirar, recordar, escrutar, ordenar, descubrir y preguntarse.
Si bien es cierto que hay que ver y entender, no es
menos cierto que también es necesario hacerlo a través de representaciones de
todo tipo: planos, dibujos, fotografías, maquetas, etc.
La arquitectura se comunica a través de lenguajes que
tienen que ver con la técnica constructiva, con el juego interior de ciertos
repertorios, con la regularidad y la excepción, con el contraste y la armonía,
con la dimensión y la proporción, con lo particular y lo genérico. Todos estos
valores son fruto de la genialidad del arquitecto quien muchas veces se remite
a reglas ya establecidas y otras veces es capaz de proponer nuevas maneras de
hacer.
El ir conociendo la historia, los referentes
funcionales y técnicos nos permite avanzar en la comprensión de sus
significados y de los mensajes que el arquitecto quiere transmitir.
La arquitectura al ser un hecho técnico y práctico,
tiene que ver con la utilidad de ciertas funciones y con los requerimientos
técnicos que garanticen su estabilidad, durabilidad en el tiempo y seguridad.
El ser un hecho técnico y práctico es ineludible a
toda obra arquitectónica, pero ni la utilidad ni su condición técnica se
muestra de manera inmediata, sólo es posible su conocimiento a través de su
representación. No es necesario conocer en detalle un programa funcional de un
edificio para entenderlo, no es necesario tener un gran conocimiento de la
técnica y las estructuras para entender su lógica constructiva y su expresión
formal.
Para entender la arquitectura es necesario entender su
historia, sus referentes concretos, la búsqueda de lo anterior que legitime el
presente.
La historia de la arquitectura ordena y organiza la
sucesión de experiencias concretas a determinados problemas los cuales llevaron
a recomponer miradas, lenguajes y conceptos. No existe hecho sin historia ni
particularidad sin ideas ni razones.
Para entender, relacionar, analizar y discernir no se
puede prescindir de las nociones generales de conceptos que precisa nuestro
saber.
PRIMERA UNIDAD: EL SENTIDO DE LA ARQUITECTURA
ARQUITECTURA: arte de proyectar y construir edificios
para el uso del hombre.
VITRUVIO en el siglo I señalaba como características
de la arquitectura
La firmitas: seguridad a nivel técnico y constructivo
La utilitas: función a que se destina el objeto
construido
Las venustas: belleza que posee la obra construida.
De aquí podemos desprender que la arquitectura
presenta ciertas particularidades que la diferencian de otras obras de arte:
1.- preponderancia de los aspectos materiales y
técnicos: la técnica constructiva se preocupa de la correcta utilización de los
materiales en función de sus cualidades y de su naturaleza de manera de
asegurarse que cumplan satisfactoriamente con las condiciones de solidez,
aptitud y belleza.
2.- aspecto funcional: característica diferenciadora
en relación a otras experiencias artísticas. El que una obra de arquitectura
deba servir para lo que ha sido creada parece una afirmación lógica, sin
embargo el lenguaje de la arquitectura es más complejo ya que habla de la
abstracción en la obra, algo que debe ser necesariamente interpretado.
3.- el elemento que verdaderamente caracteriza al
fenómeno arquitectónico y lo diferencia de las demás artes es el ESPACIO,
espacio interior definido por unos límites físicos que determinan un volumen,
al tiempo que posibilita la función arquitectónica y el recorrido interior del
edificio. De la posibilidad de recorrido interior se desprende otro factor: el
sentido temporal, el del tiempo invertido en la realización del recorrido.
4.- su localización: los edificios no pueden ser
trasladados y nuestro conocimiento real se reduce al de aquellos edificios en
los que transcurre nuestra cotidianeidad y a los conocidos a través de visitas
ó viajes.
EL ESPACIO ARQUITECTONICO: es el elemento que
caracteriza y diferencia la arquitectura en relación a las demás artes
visuales. La sintetiza y caracteriza.
La arquitectura, al margen de consideraciones
estéticas ó de significado, es ante todo el AMBIENTE donde desarrollamos
nuestras actividades, es la primera función de un edificio: servir para lo que
ha sido creado, para lo cual depende de la existencia de un espacio interior
que le posibilite el desarrollo de esa función.
Para que el espacio pueda ser percibido, necesita de
límites físicos que lo definan y enmarquen y de elementos formales y
constructivos que mediante el desarrollo técnico expresen la forma
arquitectónica.
ESPACIO = vacio construido
El espacio interior conlleva dos hechos:
1.- su repercusión en el espacio exterior, lugar o
contexto que se ve afectado al creársele el edificio
2.- la posibilidad de un recorrido dentro del edificio
que implica y establece una dimensión temporal.
El volumen es la expresión exterior del espacio
interior creado y no siempre se adecua a su verdadera forma ó dimensión: un
volumen sincero es el que refleja fielmente al espacio interior que contiene.
A través de los espacios interiores de los edificios
pueden transmitirse distintos tipos de mensajes simbólicos, poder político,
etc.
El recorrido proporciona un conocimiento del espacio
desde múltiples puntos de vista determinados por el movimiento, el recorrido
implica una dimensión temporal: la del tiempo empleado en su recorrido.
El espacio caracteriza la arquitectura, en él se
sintetizan todos aquellos factores como los materiales, formales y compositivos
que lo definen y dan identidad.
La concepción teórica del espacio no es única, los
teóricos no han entendido siempre lo mismo a través del tiempo, y si bien el
espacio era un concepto conocido y estudiado desde la antigüedad, su
incorporación al campo de la teoría de la arquitectura no se ha producido hasta
fines del siglo XIX coincidiendo con la aparición de la Arquitectura Moderna.
En relación a la percepción del espacio, ésta varía
dependiendo de nuestra posición con respecto a él. En la pintura se experimenta
sobre una realidad plástica bidimensional, en escultura sobre una
tridimensional, en arquitectura se introduce un nuevo factor: el observador-
uno mismo- nosotros. La posición que ocupemos frente a la obra de arquitectura
ó en su interior es definitiva para la percepción que tendremos del fenómeno
arquitectónico.
Si nos movemos y nos situamos en un punto determinado,
la visión que tendremos es tridimensional como en la escultura ó un cuadro en
perspectiva, en relieve.
Si nos movemos en torno al edificio, recorremos su
interior, vamos a tener una nueva experiencia: la CUARTA DIMENSION – múltiples
puntos de vista nos dan diversas imágenes de un mismo edificio.
Para Louis I. Kahn “la arquitectura es la construcción
estudiada de espacios y la continua renovación de la arquitectura proviene de
la evolución de los conceptos espaciales”.
Así como no existe una concepción única del espacio,
tampoco existe una valoración unitaria del mismo lo que ha derivado en
arquitecturas de diversas características:
1.- Imperios antiguos hasta el Mundo Griego,
predominio de volúmenes externos, el espacio es concebido como aquello que
queda entre esos volúmenes ó cuerpos tridimensionales: Zigurat en Mesopotamia,
Pirámides en Egipto, Partenón en Grecia
2.- la Arquitectura conquista el espacio interior:
corresponde al período desde el Imperio
Romano hasta mediados del siglo XIX, no mantiene contacto con el exterior ó
contexto.
3.- El espacio interior entra en contacto con el
exterior produciéndose una interrelación de espacios, una interfaz: Frank Lloyd
Wright, Mies van der Rhoe, Le Corbusier.
TIPOS DE ARQUITECTURA:
Evidentemente no todas las arquitecturas son iguales, básicamente porque
no todas pretenden responder a unos mismos objetivos.
A menudo se distingue entre arquitectura histórica o estilística,
arquitectura popular o tradicional y arquitectura funcional.
Para los historiadores del arte, la arquitectura se reduce
a aquellas obras que toman en consideración el espacio y
los lenguajes artísticos, limitándose a estudiar una selección de
arquitecturas-claves, especialmente
significativas dentro del desarrollo de la historia del arte. Estas
obras se podrán encontrar indistintamente en el hábitat rural y en el urbano.
Definirla arquitectura popular plantea dificultades. Po -
demos establecer una distinción entre la arquitectura vernácula, que
llamaremos popular y, la arquitectura primitiva. Las diferencias básicas entre
ambas se derivan, por una parte, del diferente grado de complejidad técnica y,
por otra, de la existencia o no de alusiones a la arquitectura histórica o
estilística La arquitectura primitiva tiende hacia la definición territorial
con indicaciones jerárquicas y rituales (la cabaña del jefe, del brujo, el
recinto sagrado...),mientras que la arquitectura popular busca, ante todo ,la
solución óptima de la función.
Como características de la arquitectura popular señalemos el
protagonismo de los materiales y las técnicas constructivas de la zona, la
participación directa del usuario en el proyecto y en la realización, el empleo
de un repertorio formal de gran sencillez, con algunas referencias puntuales a
los lenguajes cultos y especialmente, la perfecta adecuación a las necesidades
funcionales.
En la arquitectura popular estas soluciones
se dan sin pretensión de "estilo, ni de artisticidad", pero no por
ello sus realizaciones carecen de sensibilidad ni quedan completamente al
margen de la estética. La arquitectura popular, al igual que la llamada
estilística, puede darse en el hábitat rural o en el urbano.
Existe una arquitectura que no puede ser considerada estilística ni
popular. Es aquella arquitectura cuyo único
objetivo es la utilidad, sin ningún tipo de vinculación con el lenguaje
de la arquitectura histórica y sin pretensión de artisticidad: es la
arquitectura meramente funcional que llenan nuestras ciudades.
Las diferencias establecidas entre los tipos de arquitectura vistos
hasta ahora no han existido desde siempre, si no que cada época histórica ha
tenido sus propias concepciones de la arquitectura, de lo que debía considerarse
como tal y de dónde debía situarse el limite o franja divisoria entre la
verdadera arquitectura y la edilicia o mera construcción.
Para los grandes imperios del Oriente Próximo, Egipto y
Mesopotamia, la “arquitectura” era la gran arquitectura
Monumental de los templos y los palacios. Se trataba de
Una edilicia sacra y aúlica dedicada a la exaltación y glorificación de
dioses y soberanos.
La concepción de la arquitectura experimenta una variación en Grecia,
donde se llega a concebir al hombre como medida de todas las cosas. Existe una
gran arquitectura,
Eminentemente religiosa o ceremonial, pero junto a ella aparecen grandes
conjuntos arquitectónicos dedicados al
Hombre y a sus actividades. Los arquitectos griegos construyen teatros,
palestras, odeones, mercados públicos...con la misma atención y cuidado con que
se dedican a levantar “moradas de dioses”. No obstante, se considera que la
arquitectura posee un rango inferior al de las demás artes, dado su carácter
manual.
Durante el Imperio Romano y siguiendo a Vitruvio
(siglo I a.c.), la arquitectura es considerada como una disciplina
teórico-práctica que se encarga "de la construcción de la hidráulica, de
la construcción de cuadrantes solares, de la mecánica y de sus aplicaciones en
la arquitectura civil y en la ingeniería militar. La "arquitectura"
se dedica en Roma a construir edificios religiosos, civiles públicos y
palacios.
DESDE LA PREHISTORIA AL MUNDO GRIEGO:
Durante la prehistoria surgen los primeros monumentos y
el hombre comienza a dominar la técnica de trabajar la piedra.
El surgimiento
de la arquitectura está asociado a la idea de abrigo. El abrigo, como
construcción predominante en las sociedades primitivas, será el elemento
principal de la organización espacial de diversos pueblos. Este tipo de
construcción puede ser observado aún en sociedades no integradas totalmente a
la civilización occidental, tal como los pueblos amerindios,
africanos y aborígenes, entre otros.
La presencia
del concepto de abrigo en el inconsciente colectivo de estos pueblos es tan
fuerte que marcará la cultura de diversas sociedades posteriores: varios
teóricos de la arquitectura en momentos diversos de la historia (Vitruvio en la antigüedad, Leon Battista Alberti en el Renacimiento, y Joseph Rykwert más
recientemente) evocaron el mito de la cabaña primitiva. Este
mito, con variantes según la fuente, postula que el ser humano recibió de los
dioses la sabiduría para la construcción de su abrigo, configurado como una
construcción de madera compuesta por cuatro paredes y un tejado de dos aguas.
El cobijo natural fue la cueva, la que derivó en las
construcciones de madera o cabañas de las cuales no quedaron restos y en
construcciones subterráneas ó troglodíticas que podían servir de almacenaje,
vivienda, funerarias ó religiosas como tumbas faraónicas, catacumbas cristianas
que eran lugares de paso, galerías transitables con nichos excavados en las
paredes, tenían sentido en cuanto permitían el desplazamiento pero no poseían
un espacio valorado como tal con significación estética.
Hoy en día la arquitectura subterránea está siendo
reconsiderada ya que las nuevas tecnologías permiten su renacimiento basado en
la habitabilidad más que en la apariencia y no a partir del temor que el hombre
primitivo sentía por el espacio exterior rotundo.
A medida que
las comunidades humanas evolucionaban y aumentaban, presionadas por las
amenazas bélicas constantes, la primera modalidad arquitectónica en desarrollarse
fue esencialmente la militar. En ese periodo surgieron las primeras ciudades cuya configuración estaba limitada
por la existencia de murallas y por la protección de amenazas
exteriores.
La segunda
tipología desarrollada fue la arquitectura religiosa. La humanidad se confrontaba con un mundo
poblado de dioses vivos, genios y demonios: un
mundo que aún no conocía ninguna objetividad científica. El modo en que los
individuos lidiaban con la transformación de su ambiente inmediato estaba por entonces muy
influenciado por las creencias religiosas. Muchos aspectos de la vida cotidiana
estaban basados el respeto o en la adoración a lo divino y lo sobrenatural. El
poder divino, por lo tanto, era equivalente (o aún superaba) el poder secular,
haciendo que los principales edificios dentro de las ciudades fueran los palacios y los templos. Esta
importancia de los edificios hacía que la figura del arquitecto estuviera asociada a los sacerdotes (como en el Antiguo Egipto) o a los propios gobernantes y que la ejecución
fuera acompañada por diversos rituales que simbolizaban el contacto del hombre
con lo divino.
Las ciudades
marcaban una interrupción de la naturaleza salvaje, eran consideradas un
espacio sagrado en medio del espacio natural. De la misma forma, los templos
dentro de las ciudades marcaban la vida de los dioses en medio del ambiente
humano.
Las necesidades
de infraestructura de aquellas primeras ciudades también hicieron necesario el
progreso técnico de las obras de ingeniería.
En Egipto, el espacio es considerado en la medida que
permite desplazarse, moverse en el interior del edificio para dirigirse desde
la entrada a un punto clave o central del edificio, generalmente la estatua de un dios del
difunto, pero sin una valoración estética de su espacialidad. Según Christian
Norberg-Schulz, los egipcios concibieron su arquitectura como una simple
articulación de volúmenes.
Mesopotamia y Oriente próximo: sus grandes aportes son
el uso del ladrillo como material de construcción y ornamentación y el sistema abovedado en base a arcos y
bóvedas. En sus inicios se articulaban siguiendo una directriz quebrada, no se
podía avanzaren su interior en línea recta, se estaba obligado a realizar giros
ortogonales y quiebres, posteriormente van adoptando composiciones dispuestas
en relación a un eje longitudinal. A nivel espacial las salas de columnas de
los palacios persas representan un espacio vacío entre volúmenes pétreos. El
espacio sólo será realmente valorado en las grandes salas cubiertas por bóvedas
de ladrillo.
Arte Egeo: en los palacios de la isla de Creta se
introducen factores nuevos en la arquitectura: edificaciones construidas por
salas pórticos y patios adosados o superpuestos que se articulan siguiendo una
directriz quebrada que se adapta a las irregularidades del terreno donde se
asientan. Su abundancia de galerías de pilastras, escaleras y patios daba a los
edificios cretenses un carácter abierto y alegre, a la vez estableció las
primeras conexiones entre el espacio interior y el espacio exterior. Los
espacios cretenses están habitados por hombres y a esa función se adaptan.
Micenas y Tirinto: se pierde la conexión espacial
interior-exterior siendo sustituida por el planteamiento de una arquitectura
sólida y cerrada con un fuerte carácter militar. Aparece el concepto de recinto
y la búsqueda de una clara línea axial
Durante los
periodos y civilizaciones anteriores, los asuntos religiosos eran el motivo y del
mantenimiento del orden establecido; en el periodo grecorromano el
misterio religioso traspasó los límites del templo-palacio y se hizo asunto de
los ciudadanos (o de la polis):
surge ahí la palabra política,
absolutamente relacionada a la idea de ciudad.
Mientras los
pueblos anteriores desarrollaron sólo las arquitecturas militar, religiosa y
residencial, los griegos y romanos fueron responsables del desarrollo de
espacios propios a la manifestación ciudadana y de los quehaceres cotidianos:
el ágora griega se definía como un gran
espacio libre público destinado a la realización de asambleas, rodeado por
templos, mercados y edificios públicos. El espacio del
ágora se convirtió en un símbolo de la nueva visión de mundo, que incluía el
respeto a los intereses comunes, e incentivador del debate entre ciudadanos, en
lugar del antiguo orden despótico.
Los asuntos
religiosos aún poseían un papel fundamental en la vida mundana, pero ahora
fueron incorporados a los espacios públicos de la pólis. Los rituales populares
eran realizados en espacios construidos para tal fin, en especial la acrópolis. Cada
lugar poseía su propia naturaleza (Genius Locci),
insertados en un mundo que convivía con el mito: los templos
pasaron a ser construidos en la cima de las colinas (creando un marco visual en
la ciudad baja y posibilitando un refugio a la población en tiempos de guerra)
para estar más cerca de los cielos.
Podemos afirmar que la arquitectura griega representa
el triunfo de la proporción, de la escala humana, sin embargo es carente de
consideración del espacio interior. Los templos se elevan sobre una plataforma
rectangular de la que arrancan los fustes de las columnas, sobre los capiteles
descansan un entablamento que a los lados menores del templo se remata con un
frontón rectangular que esconde una cubierta a dos aguas. El templo forma un
bloque prismático en cuyo interior se guarda la estatua de la divinidad. El
interior no se concebía como espacio de ceremonias sino como residencia de la
estatua de un dios. Los templos griegos eran admirados desde fuera, por lo
tanto las valoraciones espaciales deben buscarse en el exterior de los
edificios, en las relaciones volumétricas de cada edificación con las que las
circundan como en el caso de la Acrópolis, en los juegos de escala y
proporción, la articulación de edificios a lo largo de un eje y la adaptación a
la topografía del terreno forman parte fundamental de la historia del
urbanismo.